domingo, 13 de febrero de 2011.

Pasillo adelante, rugiendo como un dragón, se acercaba un chico de unos dieciocho, moreno y de pelo rizado, un clon de Lolo, pero con dos palmos más de altura. Era Luis, el hermano de Estela, Martín lo conocía del instituto. Nunca le había caído simpático pero en aquel momento, pensó que lo despellejaría al pillarlo cogido de la mano de su hermanita.
Estela soltó a Martín de inmediato; no calmó la furia de Luis.
―Quítale las manos de encima ―ordenó dirigiéndose a Martín―. ¿Qué pasa si te ve papá?
―Papá no podrá decir nada, porque no estamos haciendo nada ―replicó Estela con pachorra―. Le enseñaba los cuadros, eso es todo.
―A oscuras, enganchados. He visto lo que he visto, no me tomes por idiota.
―Oye, en serio, tu hermana y yo… ―trató de intervenir Martín. Pero fue para nada. Era como si Luis los hubiese pillado cometiendo un crimen.
―Mejor te callas, niñato.
―Luis no te pases. Vámonos, Martín, mi hermano ha debido beber.
Martín se aguantó las ganas de pegarle un buen puñetazo. Ponerse como un basilisco sólo porque Estela estuviese examinándole el anillo, estaba fuera de lugar. Empezó a pensar que el tal Luis era un poco violento. Estuvo aún más seguro de lo que temía, cuando lo escuchó despotricar a sus espaldas, conforme bajaban la escalera.
―Y si te atreves a meterle mano a mi hermana, te arranco la cabeza, no lo olvides.
―Ni caso. Se pone nervioso con nada ―trató de disculparlo Estela. Pero sus palabras no convencieron a Martín.
―Creí que me pegaría, joder, menudos gritos.
―Está pasando una mala racha. Creo que sale con una chica un tanto problemática. Solo la he visto un par de veces, pero tiene a Luis completamente desquiciado. No lo entiendo, no es nada espectacular, pero desde que sale con ella, no es el mismo.
―Lamento no haber podido ver mejor tus pinturas.
―Otra vez será. ¿Quieres un refresco?
Salieron de nuevo al jardín y las risitas y comentarios de todo el mundo, llevaron a Martín a temerse lo peor. Del cotilleo a ser oficialmente pareja, había un salto de dos milímetros y a él, Estela, le caía simpática, pero nada más. Corrió a refugiarse cerca de Lolo.

Comentários:

Publicar un comentario

 
La Cripta del Angel © Copyright 2010 | Design By Gothic Darkness |